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En qué consiste el Branding Emocional

Si estamos en la era de las emociones, no es de extrañarse que esto se filtrara en el mundo del marketing dando origen al Branding Emocional, una muy interesante herramienta para el posicionamiento de una marca. ¿Sabes en qué consiste? Veamos:

Branding Emocional: formando lazos con los consumidores.

Comencemos por entender que la gran mayoría de nuestras decisiones de compra vienen dadas más por las emociones que por el sentido común. Esta es la razón por la que, en ocasiones, nos preguntamos en qué estábamos pensando cuando compramos algún producto. Pero, la verdad, es que no estábamos pensando sino sintiendo. 

Por ejemplo, sale a la venta la ropa utilizada por un personaje en una película de ciencia ficción de moda y el seguidor de esta franquicia siente que tiene que comprarla. En realidad no la necesita y dentro de sí sabe que lo más seguro es que acabe al fondo del ropero cubierto de polvo. Esto se lo dice su cerebro, pero sus emociones le dicen ¡compra, compra, compra!

Ya se imaginarán a quien obedece nuestro personaje.

Marca y emociones: unidos desde siempre y para siempre. 

En las ocasiones que hemos tocado el tema de la marca, como el Posicionamiento de Marca, se ha evidenciado que las emociones surgen en forma innata hacia cualquier empresa, sea para bien o para mal. Las grandes empresas aprovechan esto para su beneficio, incrementando aún más la carga emotiva de sus servicios y producto. 

Ello, como es evidente, no es algo que se lleve a cabo en algunos días o meses. La construcción de una marca consume tiempo, tanto como la elaboración de su Branding Emocional. Ahora bien, ¿vale la pena invertir tanto tiempo en esto de crear lazos emocionales con el público? Y si es así, ¿cómo llevarlo a cabo?

Branding Emocional en 1,2,3.

La construcción del Branding Emocional de cualquier empresa puede ser resumido en 3 pasos, cada uno de ellos tan importante como el anterior. 

1.- Apuesta a las relaciones a largo plazo.

Las empresas, por lo general, se concentran en resultados a corto plazo. Esto puede tener la forma de descuentos, promociones puntuales, etc. Esto parece lo adecuado, ¿verdad? Parece, pero no lo es. Vamos a los números: ¿sabías que el 70% de las personas que tienen fuertes lazos emocionales con una empresa desarrolla una mayor lealtad y por lo general gastan el doble de los clientes comunes? 

Este tipo de relación a largo plazo genera no solo mayores beneficios a la empresa, sino que garantizan un mayor respaldo a la marca. Si no lo creen pregúntele a Coca Cola cuya conexión emocional con el público la han mantenido en la cima por décadas enteras.

2.- Descubre los factores que disparan las emociones.

La identificación personal entre el consumidor y la marca es vital para la construcción de lazos. Usted, como comprador, prefiere a las empresas con las que se siente más identificado, ¿verdad? Bueno, esto le pasa a todos los consumidores. Por esto es tan importante identificar las emociones con las que su marca pueda construir un sentido de pertenencia entre sus seguidores. 

Cada marca y cada producto es diferente, lo sabemos, por lo que los lazos también varían. Sin embargo, existen 3 elementos básicos con lo que la mayoría de las personas nos conectamos:

a.- Conexión: Ser parte de un algo que satisfaga su sentido de pertenencia. Compartir ideales, pensamientos y metas. 

b.- Crecimiento: Sentirse parte de un crecimiento personal, incluso espiritual. Algo que inspire a los seguidores. 

c.- Seguridad: Esto es, sentirse a salvo tanto del entorno físico como del social y hasta del emocional. 

3.- ¿Desarrollamos lo anterior? ¡Manos a la obra!

Como todo en marketing, el Branding Emocional requiere de estrategia según las metas generales de la empresa. Esta debe estar dirigida no sólo a ofrecer un producto o servicio, sino todo una experiencia personal. Starbucks no vende solo café: es parte de una comunidad que disfruta compartir el producto en medio de una marca con la que se sienten cómodos. En este punto no nos conformamos con decir que una marca nos gusta. Demostramos que amamos a la marca. 

¿Y que puede ser más fuerte que el amor?

Conclusiones

Las marcas están dejando de ser cosas para convertirse en experiencias. Y mientras más personal sean estas experiencias, más fuerte será nuestra confianza y afecto por una marca, a la que acabamos viendo como ese viejo amigo que nunca traicionaremos y del cual nos cuesta separarnos. Así que comienza a trabajar desde hoy en la construcción del branding emocional de tu marca. Verás cómo se convertirá en una de las mejores decisiones de tu vida profesional.

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